ASUNTOS PÚBLICOS: Hace agua Josefina

Columna de Eduardo Coronel Chiu

Xalapa, Ver.-
Desvanecido el impulso de su elección interna frente a dos candidatos aún más débiles que ella –Ernesto Cordero y Santiago Creel–, la primera semana de campaña de Josefina Vázquez Mota arrancó entre tropezones de logística, verbales y mareos en escena de la candidata del PAN a la Presidencia de la República, que la exhibieron en su debilidad y la alejaron en la intención del voto del puntero Enrique Peña Nieto, del PRI-PVEM, y la ubicaron más cercana a la disputa por el segundo lugar con el candidato Andrés Manuel López Obrador, del PRD, PT y MC.

La cancelación de su gira anunciada para el pasado sábado por Veracruz (donde prevalece el panismo local dividido y está todavía cancelada la campaña de candidatos al Senado por mandamiento del Trife) para reorganizar su equipo de campaña, lo que ayer hizo, fue un reconocimiento de innumerables fallas, tan difundidas que no es preciso mencionar, que sin embargo, no parece que vaya a superarlas. Sino todo lo contrario.

El nuevo cuarto de guerra de Josefina luce como si fuera de una guerra contra ella y la tuvieran de rehén. En la más reciente incorporación de integrantes del equipo de la candidata del PAN es claro el predominio de la gente del presidente Felipe Calderón, y peor aún, la mayoría perdedores de otras elecciones. Ellos sí saben... de derrotas y errores. Aparte de mantener en la coordinación general a Roberto Gil Zuarth, ex secretario particular de Calderón, responsabilizado del vacío del estadio azul en el acto de rendición de protesta de la candidata y perdonado por ello, aparecen ahora más calderonistas. La hermana del Presidente, Luisa María Calderón Hinojosa, perdedora de la elección a gobernador en Michoacán, ahora anotada en la lista de plurinominales al Senado; el ex presidente del PAN, Germán Martínez, responsable de las derrotas en 2008, y sobre todo de las intermedias de diputados al Congreso de la Unión; Juan Ignacio Zavala, el cuñado del presidente, «estratega electoral» y coordinador de la campaña perdedora de Ernesto Cordero; el mismo Cordero, que no ganó la interna, pero que va de número uno como candidato plurinominal al Senado. Cierran la pinza de Calderón su ex jefe de comunicación, Max Cortázar, que entre sus éxitos cuenta haber sido baterista de Timbiriche; Juan Molinar Horcasitas, el que era director del IMSS en 2009, cuando el incendio de la guardería ABC en Hermosillo, Sonora, donde fallecieron quemados 49 niños y 79 quedaron lesionados, tragedia de la que dijo «no le quita el sueño». Se incorporan también el publicista de Calderón, responsable de sus encuestas, Rafael Giménez, ex coordinador de opinión pública de la Presidencia de la República. Oculto por convenio de privacidad, se sabe que tras bambalinas presta sus servicios a la causa perdida de Josefina Antonio Solá, el publicista español, conocido por su gusto por las campañas de lodo, perdedor allá con el partido popular frente a Zapatero, y estratega de Calderón en 2006, celebrado por su campaña de odio entonces contra López Obrador, Un peligro para México.

En Veracruz, ya se vio que Josefina abandonó al grupo que la apoyó en la contienda interna, en particular a Víctor Alejandro Vázquez Cuevas, que presumía de ser el más cercano a ella de los de aquí, y subordinó a Julen Rementería, que aceptó ir de segundón al Senado (seguro perdedor), y aunque no se ha oficializado, seguro que su coordinador de campaña será Miguel Ángel Yunes Linares, para estar a tono con los perdedores, derrotado en las elecciones a gobernador del estado en 2010.

El golpe de timón de Josefina fue implacable. Corrieron a su personal de prensa, responsable de difundir su agenda, y que cometió el imperdonable error ortográfico de escribir Tlazcala en vez de Tlaxcala, área que antes había concedido al escritor Mario Vargas Llosa el premio Nobel de la Paz. En el cambio de estrategia de Josefina dejó de enfatizarse que es «diferente», para ser renombrada como La Jefa, en su camión, antes llamado Pinabús, sin advertir la connotación con aquel libro homónimo sobre Marta Sahagún, vida pública y privada, escrito por la periodista argentina Olga Wornat y por el que la demandó la ex primera dama.

Por ahora hace agua la campaña de Josefina, no tardará en seguirse hundiéndose. No pocos la ven en el Titanic electoral, cuyo timón no lo lleva ella, sino Felipe Calderón.

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